El Flautado de 26 va en fachada hasta el último Do.
Su hechura y ornamentación son característicos de Leonardo Fernández Dávila.
Las máscaras que llevan en la boca están repujadas en piezas de similar aleación a los tubos.
La construcción de los tubos es sólida si bien algunos defectos de construcción y los avatares de su historia han hecho que llegaran a nuestras manos en muy mal estado.
Son de madera desde el Do1 al La 1, desde el Sib 1 son de metal.
Como al resto de la tubería y especialmente en la fachada se habían abierto ventanas de afinación con entallas para subir el diapasón.
Múltiples trabajos han sido necesarios para restaurar este juego desde cerrar las ventanas de afinación, desmontaje de tubos por defectos en las almas, corrección del efecto de los dientes en almas, restauración de morros y pies de elefante, cortes roturas y deformaciones. Muy importante los trabajos de mala calidad realizados a lo largo de su historia.
Restauración del Sib 2
Algunos de los tubos mayores de metal estaban seriamente dañados y han tenido un complicado proceso de restauración. El Sib había sufrido importantes intervenciones muy desafortunadas. El desmontaje del mismo reveló estas malas prácticas y los problemas de origen.
Se han restaurado las más máscaras y reconstruido las que faltaban
Restauración de otros tubos
Diferentes trabajos se han realizado en cada tubo para devolver su estabilidad física sus parámetros de diapasón y armonización y recuperación de su voz.
La tubería del Flautado de 26 está preparada para su montaje en el órgano.